Tal como pudimos observar en el curso anterior, en los mapas se colocan imágenes que construyen, imponen y refuerzan imaginarios. En este sentido, los mapas pueden ser pensados “como textos” que representan las cosmovisiones culturales, políticas y sociales de las diversas sociedades.
Desde el sentido común geográfico, el mapa representa las condiciones físicas de un espacio determinado. Sin embargo, esa “fisicidad” graficada, que intenta ordenar la vastedad del mundo, siempre se realiza desde algún lugar específico, con ideas, percepciones, necesidades, intereses, creencias, deseos, etc., que dotarán de sentido a la misma. Los dispositivos cartográficos son configuraciones simbólicas, determinadas cultural y políticamente.
Los mapas como dispositivos simbólicos, por lo tanto, están cargados de estereotipos, opiniones, valores, normas, lógicas clasificatorias, que constituyen el sentido común sobre lo allí representado.