La constitución de los prejuicios: los interrogantes
INTRODUCCIÓN En este módulo introductorio vamos a abordar los principales interrogantes que se generan a la hora de tratar de entender la constitución de los prejuicios en forma de racismo, xenofobia y otras formas de alterofobias. Ellas son fronteras que demarcan los vínculos dentro de las sociedades.
Son fronteras ideológicas que tienen su punto de partida en la construcción de un discurso discriminador y excluyente, del que la sociedad suele apropiarse y reproducir como verdad, sin ningún tipo de cuestionamiento, transformándose en lo que llamamos “sentido común”.
Es necesario ir descubriendo, una a una, las capas de estas “verdades” instaladas, para poder analizarlas, entenderlas, reconocerlas y ¿por qué no? desecharlas.
- ¿Qué es un prejuicio?
- ¿Cómo se construye un estereotipo?
- ¿Con qué fines?
- ¿Qué es el "sentido común"?
- ¿Qué es la hegemonía?
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1) ¿Creés que hay pueblos primitivos y pueblos civilizados?
2) ¿Pensás que hay razas superiores a otras?
3) ¿Creés que la gente que viene de fuera debería volver a su lugar de origen?
4) ¿Pensás que todas las personas de una determinada fisonomía o aspecto sienten y razonan de la misma manera?
5) ¿Pensás que la familia debería estar conformada por una madre, un padre e hijos?
6) ¿Pensás que las personas de algunas religiones son peligrosas?
7) ¿Pensás que hay religiones superiores a otras?
8) ¿Creés que el acceso a la educación, al trabajo, a la justicia y a los sistemas de salud es equitativo para todas las personas?
9) ¿Pensás que las personas de un determinado país tienen oficios o profesiones típicos?
10) ¿Pensás que sos superior o inferior a personas de otros lugares?
11) No sos racista, pero...
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Hegemonía: el dominio de una entidad sobre otras
Los sistemas de dominio se han reproducido a lo largo de la historia, reacomodándose según las necesidades y coyunturas. Desde las primeras ciudades-estado, pasando por los reinos e imperios de la antigüedad hasta los de la modernidad con la configuración de los Estados Nacionales, traspasando así las fronteras políticas.
Se denomina “hegemonía” al dominio o supremacía que tiene una entidad sobre otras de igual tipo. El término hegemonía deriva del griego eghesthai, que significa "conducir", "ser guía", "ser jefe"; o tal vez del verbo eghemoneno, que significa "guiar", "preceder", "conducir", y del cual deriva "estar al frente", "comandar", "gobernar". Por eghemonia el antiguo griego entendía la dirección suprema del ejército. Se trata pues de un término militar. Egemone era el conductor, el guía y también el comandante del ejército.
Desde las teorías sociales, se entiende que la hegemonía se caracteriza por tener una base de poder tanto material como simbólica. Para lograr ello construye discursos que se despliegan a través de todos los medios de información y conocimiento a su alcance, a saber: programas de enseñanza, publicidades, sitios web, discursos públicos, modas, etc.[2]
Por lo general, para la construcción del “sentido común” se evitan las acciones coercitivas (salvo excepciones), porque es en el plano de lo simbólico que constituye además lo “cultural”, donde se hace más efectivo su dominio.
Por lo tanto, son las Instituciones las encargadas de la transmisión cultural y del pensamiento, las normas y los valores.
A lo largo de la historia, estas Instituciones encargadas de la tarea de la construcción de “sentido común” han sido la Iglesia, la escuela, las industrias culturales, la familia, la propaganda y la publicidad a través de los medios de comunicación, el Estado, etc.
[2] El filósofo italiano Antonio Gramsci explicaba que la hegemonía es un mecanismo invisible por el cual las posiciones de influencia en la sociedad siempre están ocupadas por miembros de la clase ya gobernante y, en general, con el consentimiento de los subordinados. Las ideas de la clase gobernante, que son las que dominan y permean la sociedad, son postuladas por los intelectuales a su servicio (a menudo sin ser plenamente conscientes de ello), y a través de distintas instituciones del Estado como la escuela o los medios de comunicación. La exposición constante a estas ideas supone que las clases bajas las experimenten como algo natural e inevitable y acaben convencidos de ellas. Las ideas hegemónicas, así, modelan el pensamiento de todas las clases sociales.
Por la tanto, son las Instituciones, las encargadas de la transmisión cultural y del pensamiento simbólico, la ética y los valores.
A lo largo de la historia, estas las Instituciones encargadas de la tarea de la construcción de
“sentido común” han sido la Iglesia, la escuela, las industrias culturales, la familia, la propaganda y la publicidad a través de los medios de comunicación, el Estado, etc.
Estos discursos son apropiados por las personas; en otras palabras, impuestos como “sentido común”. Esto lleva a que sean reproducidos de forma automática sin mediar crítica ni reflexión.
Un "otro" distinto a mí
De esta manera, aquellos discursos recibidos nos van definiendo a la vez que van determinando el espacio que ocupamos en la sociedad, por lo que, aquellas personas que no encajen dentro de lo que consideramos el espacio propio, pasarán a ser percibidas, inmediatamente, como “un otro”.
En este punto podemos analizar el rol de los grupos de poder que construyen y sostienen dichos discursos “universales”, homogeneizantes, en nombre de una única verdad, pero que niegan, ocultan e invisibilizan las desigualdades, a la vez que las justifican y reafirman.
Este es el “sentido común” que está plagado de prejuicios y se caracteriza por circular como si fuera verdad absoluta, sin que medie ninguna reflexión y/o análisis crítico acerca del mismo.
De esta manera, a partir del sistema de valores hegemónicos que se proyectan sobre otros, es que se constituye lo que llamamos “prejuicio”.
Este prejuicio se encarga de dibujar una frontera entre aquellos con los que me identifico, y aquellos con los que no me identifico, dando lugar a la construcción de los “estereotipos”, es decir, aquellas imágenes o ideas que se tienen sobre un grupo basada en una generalización donde se simplifican las características de esos Otros y se cristalizan sobre unos pocos rasgos asociados comúnmente a prejuicios. (INADI, 2016)[3]
La materia prima de los prejuicios es la ignorancia y el miedo. Es juzgar sin conocer.
[3] Mouratian, Pedro Documento temático INADI - Racismo. - 1a ed. - Buenos Aires: Instituto Nacional contra la Discriminación, la Xenofobia y el Racismo - INADI, 2016. Pp. 15
Recorrido instrospectivo
Es necesario desandar el camino de los prejuicios y el análisis de los discursos dominantes para poder repensar desde qué lugar hablamos; es decir si lo que decimos surge de nosotros o si somos “hablados” por otros.
Esto implica un recorrido introspectivo para conocer y reconocer lo que ya sabemos, pero desde otros puntos de vista, que nos permitan revisar nuestros saberes instalados y los pongan en duda. De esta manera podremos ir derribando prejuicios y fronteras, al comprender que existen además del propio, otros discursos, otros conocimientos que, en muchos casos, han sido silenciados.
El fin va a ser siempre cooperar a la construcción de sociedades más igualitarias, fraternales y libres, respetuosas de las singularidades humanas, frente a los discursos dominantes que se encargan de profundizar las desigualdades.
Propuesta de autoevaluación
1- Observa la imagen siguiente y luego contesta:
¿Qué relación encontrás entre lo que leíste y lo observado en la imagen?
¿Hay mensajes hegemónicos en la imagen?
¿Cuáles son los estereotipos identificados en la imagen?
¿Qué prejuicios consideras que sostienen los estereotipos identificados?